Este lunes 24 de febrero de 2025, comenzó en Vannes, Francia, el juicio contra Joël Le Scouarnec, un cirujano de 74 años acusado de abuso sexual de 299 niños y niñas durante un período de 25 años. Este caso, considerado uno de los más atroces en la historia de la criminalidad sexual en Francia, genera una gran conmoción en el país.
Le Scouarnec, especialista en cirugía del estómago, ya había sido condenado en dos ocasiones anteriores por delitos relacionados con la pedofilia. A pesar de su historial delictivo, logró ejercer su profesión durante décadas, ocultando sus crímenes y gozando de reconocimiento profesional.
La policía encontró en posesión de Le Scouarnec miles de fotografías y videos de sus víctimas, así como dosieres detallados que documentaban sus abusos. Estos documentos revelan la meticulosidad y la obsesión del acusado por sus crímenes.
Las víctimas, que en el momento de los abusos tenían entre 7 y 9 años, sufrieron un daño psicológico irreparable. Muchas de ellas optaron por el anonimato, mientras que otras decidieron enfrentar públicamente a su agresor.
Este caso sacudió a la sociedad francesa y puso en tela de juicio la capacidad del sistema judicial y médico para proteger a los niños.
Además, coincide con otro escándalo de pedofilia que involucra a un importante político francés, lo que generó un debate sobre la responsabilidad de las figuras públicas en la lucha contra el abuso infantil.
El juicio de Le Scouarnec se espera que dure varios meses y estará marcado por testimonios desgarradores y debates sobre la salud mental del acusado. La defensa argumenta que Le Scouarnec sufrió una “locura transitoria” en el momento de los hechos, mientras que la acusación sostiene que sus acciones fueron premeditadas y calculadas.
El Colegio Nacional de Médicos también se sumó a la acusación, argumentando que la organización médica también fue víctima del médico pedófilo. Este hecho puso de manifiesto la necesidad de una mayor vigilancia y control sobre los profesionales de la salud.
El caso de Joël Le Scouarnec dejó una profunda huella en la sociedad francesa. Generó un debate sobre la pedofilia, la protección de la infancia y la responsabilidad de las instituciones. Este juicio histórico busca hacer justicia a las víctimas y enviar un mensaje contundente contra el abuso infantil.