Anoche, los pobladores sintieron temor lógico por los fuertes vientos y lluvia que se abatía en el lugar ante los recuerdos de lo que fue el pasado 28 de noviembre con el fenómeno meteorológico que causó la muerte de un niño y provocó voladuras de techos, caídas de árboles y de torres de electricidad.
Alrededor de las 22 de este lunes, las ráfagas derribaron torres de electricidad, voladura de techos y caída de árboles.