El crimen impune del ministro de Desarrollo Social, Juan Carlos Rojas, tuvo como novedad en las últimas horas la realización de pericias forenses adicionales en los celulares secuestrados, incluidos los dos que pertenecían al funcionario fallecido, y estarán a cargo de Gendarmería Nacional, para determinar si los dispositivos fueron manipulados luego del asesinato. Se procura recuperar posibles mensajes y llamadas eliminadas que podrían ser fundamentales para el caso.
Los teléfonos no registraban comunicación reciente con funcionarios, familiares ni siquiera con el gobernador Raúl Jalil, lo que llamó la atención de los investigadores y generó la necesidad de profundizar en el análisis forense de los dispositivos. Además, se detectó que la aplicación WhatsApp permaneció abierta en la computadora del Ministerio de Desarrollo Social después de su muerte, pero sin conservar las conversaciones, lo que plantea nuevas interrogantes sobre el manejo de la información.
Ahora la Justicia retomará las indagatorias a funcionarios vinculados al asesinado ministro, donde buscan determinar quién accedió a los teléfonos y con qué intención se eliminaron los mensajes, acciones que podrían aportar claridad sobre los últimos movimientos del funcionario antes de su muerte.






