Salomé, mamá de R. de 12 años de edad, alumno de una escuela de la Capital, narró la acuciante situación que debe atravesar su hijo desde hace tres años.
Burlas, hostigamientos, agresiones físicas, exclusiones, todo debió soportar el pequeño en este tiempo. Y aunque su madre repetidamente reclamó, la solución fue cambiarlo de grado, aunque uno de los agresores iba a la nueva aula a seguir molestando.
Tras haber hecho público el calvario de su hijo y difundir una pregunta desgarradora donde éste le consultaba si era mejor no existir para que nadie lo hostigara, hoy la situación cambió. Al menos eso pretendieron desde el establecimiento, según señaló Salomé.
La mujer manifestó que las autoridades pretendieron hacer quedar a R. como el problemático, cuando en realidad es la víctima, a la vez que le dieron a entender que había exagerado.
R. es abanderado del establecimiento y cuenta con notas sobresalientes en lo pedagógico y con los mejores conceptos de los docentes, según consta en los boletines, y hoy expresó su deseo de abandonar la escuela.
Por otra parte, el abogado Gustavo Martínez Azar, presente en la entrevista a la mamá de la víctima, solicitó al propio ministro de Educación, Nicolás Rosales Matienzo, que tome cartas en el asunto e instruya al gabinete psicopedagógico que se aboque a resolver tan grave situación.






