El choque fue friccionado. Los de Ariel Broggi apostaron por la presión constante en todas las líneas, que derivó en el roce físico y la acumulación de infracciones para cortar el juego. En cambio, los de Mariano Soso se las ingeniaron para generar ocasiones de riesgo con combinaciones colectivas que intentaron desarticular a la última línea del local.
La ocasión más clara para abrir el marcador llegó por la banda derecha, cuando Mateo Silvetti abasteció con categoría a Tomás Jacob, quien encaró a pura velocidad hasta ingresar al área bonaerense. La definición cruzada del lateral no tuvo el destino deseado, debido a la enorme respuesta de Facundo Sanguinetti, quien despejó el peligro con una maniobra magnífica.
Una situación similar a la que el arquero protagonizó cuando Gonzalo Maroni se asoció con Silvetti y el virtuoso atacante buscó a Juanchón García. Como el delantero no logró conectar el centro, la pelota le quedó a Jacob, quien fusiló a Sanguinetti, pero la figura de la noche evitó el tanto ajeno.
En la réplica, Gerónimo Rivera cayó en el área de Newell’s y Sebastián Nicolás Martínez Beligoy sancionó la pena máxima. Una decisión controvertida que le permitió a Tomas Nasif colgarla del ángulo para celebrar el 1 a 0.
El Turco estuvo intratable. Y uno de los que lo sufrió fue Luciano Lollo, el ex central de Belgrano, Racing y River que mereció ser expulsado por la popularmente llamada Ley del último recurso. Cuando el delantero quedaba mano a mano ante Josue Reinatti, el experimentado defensor le cometió una dura falta que por la situación manifiesta de gol debería haberse aplicado la roja directa. En la jerga se trató de una compensación por el polémico penal que abrió el marcador. Y la pasiva actitud del VAR fue muy llamativa.
Antes de que los protagonistas se fueran al descanso, Agustín Alaniz extendió la diferencia con una magnífica obra individual. A la salida de un lateral, Tomas Nasif descargó con el pecho para su compañero y el delantero no paró hasta celebrar el 2 a 0. El caño a Luciano Lollo, la barrida de Éver Banega y la pobre reacción de Josue Reinatti fueron otros factores que aportaron un valor estético al grito de Banfield.
En el complemento, Mariano Soso reemplazó a Lollo por Giovani Chiaverano, pero la modificación no brindó ninguna solución. Es que la gestación de paredes entre Ramiro Di Luciano y Lautaro Rios le permitió a Tomas Nasif transformar el triunfo en goleada. Con solo dos encuentros en Primera, el pibe que va camino a convertirse en la figura de Banfield estableció tres gritos que alimentan la ilusión.