Aumentaron los cigarrillos: nuevos precios impactan a fumadores en agosto

Las tabacaleras líderes en Argentina, Massalin Particulares y British American Tobacco (BAT), actualizaron sus listas de precios de cigarrillos en junio, aplicando un incremento promedio del 7%. Este ajuste representa el cuarto aumento en lo que va del año, reflejando la dinámica inflacionaria que afecta a diversos sectores de la economía.

Con los nuevos valores vigentes desde principios de junio, las marcas más populares de cigarrillos experimentaron  significativas variaciones. Por ejemplo, Parliament Super Slims Box 20 en $5.250, mientras que el Marlboro Red Común se comercializa a $4.350. Otras marcas de la compañía, como Philip Morris KS 20 y Chesterfield Original Común, alcanzan los $3.710 y $3.080, respectivamente. En cuanto a las opciones más económicas, el Marlboro Crafted Blue Común y el Lucky Strike Origen Red KS 20 se ofrecen a $2.150.

cigarrillos

British American Tobacco (BAT), otra de las grandes jugadoras del mercado, también ha ajustado sus precios. El Lucky Strike KS 20 y el Camel KS 20 se venden a $4.350, mientras que el Rothmans XL Box 20 y el Winston Box 20 se consiguen a $3.750 y $3.490, respectivamente. Estos aumentos se suman a los ya aplicados en enero, abril y junio, siguiendo una política de ajustes trimestrales que también implementan otras tabacaleras nacionales.

Las causas detrás de estos incrementos se atribuyen tanto a la inflación general que afecta a la economía argentina como a la alta carga impositiva que pesa sobre el sector tabacalero. Estos factores combinados generan una presión constante sobre los precios, que se trasladan directamente al consumidor final. Todo indica que habrá un nuevo aumento en el último trimestre del año, lo que confirma la tendencia sostenida de subas tanto en marcas premium como en las más económicas.

En este contexto, fumar en Argentina se transforma en un hábito cada vez más costoso, con precios que ya superan los $5.000 en presentaciones específicas. Esta situación plantea un desafío para los fumadores, que deben afrontar un gasto cada vez mayor para mantener su hábito, mientras que para aquellos que buscan dejar de fumar, el aumento de los precios puede ser un incentivo adicional para abandonar el cigarrillo.