El abogado Carlos Uslenghi hizo referencia esta mañana en Radio TV Valle Viejo, al caso del abogado Augusto Filippín, sorprendido robando en el Sanatorio Junín un equipo valuado en casi medio millón de dólares.
Recordemos que en diciembre del año pasado, el mismo abogado había sido aprehendido junto a un cómplice, ruego de robar sanitarios en el Predio Ferial Catamarca.
Mientras esta mañana de lunes Filippín era indagado bajo la calificación de “hurto”, Uslenghi consideró que “sea robo, sea hurto, sea la calificación que le quieras dar, en mayor o menor medida, es una acción ilícita. Es un profesional que cometió un ilícito. Se levantó un celular, se llevó el cenicero del bar, lo que vos quieras, pero cometió un ilícito. No le buscamos la calificación, vamos al hecho mismo que degrada la profesión. La ley es justa para todo. Ahora, yo insisto en esto. El código deontológico, el código de ética de la profesión nuestra, nos pone en una posición donde el Colegio no actúa. Hubo profesionales imputados por falsificar cédula de notificación para intentar cobrarle plata a los clientes y se beneficiaron por la prescripción de la causa. O sea, no estoy diciendo que demostraron la inocencia, sino que el propio sistema ineficaz, el propio sistema que se prestó a lograr la prescripción, lo libera, pero no lo puede liberar de la sanción ética”.
Carlos Uslenghi apunta directamente contra la indiferencia del Colegio de Abogados ante estos casos: “Yo creo que un tema que está hoy en primera plana y preocupa de los profesionales, es ver que hay colegas, por llamarlos de una forma y con cierta reserva, vinculados a hechos ilícitos, que son público y notorio, y me preocupa ver cómo el Colegio de Abogados, por ejemplo, no ha salido a tomar una postura, una posición a través de lo que es nuestro Tribunal de Ética, porque yo creo que mínimamente en circunstancias como las que se están dando, debería suspender la matrícula a aquellos profesionales que se ven vinculados a hechos ilícitos, y esto no es la primera vez. Quiero recordar que hace un año o dos atrás, hubo profesionales que hasta le allanaron los estudios por haber hecho cédulas apócrifas y estaban imputados, quizás se beneficiaron por ahí con la prescripción de la causa, pero eso también se demuestra cómo el Poder Judicial es connivente con la actuación de quienes no pueden seguir ejerciendo el Derecho cuando son partícipes de ilícitos que son graves. Y en ese sentido el Colegio de Abogados ha pasado a ser un órgano inexistente en el control de la ética profesional”.