Este viernes continuó el juicio por jurado contra Roberto Alejandro Barros, imputado por el delito de abandono de persona seguido de muerte, por el fallecimiento de su esposa, Sonia Liliana Garabedian, ocurrido hace más de una década.
En la jornada de hoy declararon la hermana del imputado y los dos hijos que la víctima tuvo con Barros. Los testimonios revelaron el progresivo deterioro físico y mental de Garabedian, que según los jóvenes, “no podía cuidarse a sí misma” y tenía cambios abruptos de conducta, especialmente cuando la visitaba su madre.
Uno de los hijos relató que su madre aumentaba el consumo de alcohol y cigarrillos durante esas visitas, y que incluso llegó a decirle que era “una desconocida”, sin reconocerla como hija.
Luego de un cuarto intermedio, declaró el propio acusado, Roberto Alejandro Barros.

Barros negó la acusación en su contra y pidió “que se haga justicia por Sonia y por mí; es hora de que esto se termine. Niego todo lo que dijeron sobre mi porque es falso. No hubo ningún golpe, ninguna patada” a Sonia durante el embarazo, dijo en respuesta a la declaración de Leonilda Carrizo, madre de Sonia Liliana.
Barros mencionó que hubo “un distanciamiento” en la pareja en noviembre: “La relación empezó a distanciarse. Un fin de semana llego y me dice necesito que te lleves a los chicos porque yo necesito estar sola. Ella me dice que estaba cansada. En dos oportunidades le dijo eso”, contó y reveló que Sonia Liliana le comentó a él que se quería separar. “Teníamos algunas discusiones”, admitió.
Luego, narró: “Le hice una denuncia por impedimento de contacto porque no me dejaba ver a los chicos. A partir de ese momento comenzó a cambiar todo. Los chicos me decían mí mamá me lleva al monte a caminar”.
Su testimonio continúa a esta hora de la tarde, respondiendo a preguntas de su abogado defensor Herman Salazar.