Informe: Multimedios El Abaucán Digital
Fiambalá vuelve a ser el epicentro de una lucha histórica en defensa de sus derechos y su autonomía, frente al nuevo intento del Gobierno Provincial de avasallar las decisiones soberanas del pueblo y de sus instituciones democráticamente constituidas. Esta vez, el conflicto se desató por el cobro de una tasa para el ingreso al Balcón del Pissis, zona de alto interés turístico, ubicada en el corazón de la Reserva de Lagunas Altoandinas y Puneñas Sur.
Desde los medios oficiales, el Gobierno de Catamarca lanzó una fuerte campaña de desinformación, calificando de “ilegal” el cobro de dicha tasa, afirmando que no contaba con la debida aprobación del Concejo Deliberante. Sin embargo, esta afirmación fue rápidamente desmentida por documentos oficiales que accedió Multimedios Abaucán: la Ordenanza C.D. N° 836/2025, sancionada por el cuerpo legislativo de Fiambalá con fecha 16 de abril de 2025, ratifica el cobro de tasas con un valor de $20.000 para vehículos turísticos y $10.000 para guías habilitados, en el marco de una normativa totalmente vigente, legal y debidamente registrada.
Lejos de ser un simple trámite administrativo, esta decisión nace del clamor popular expresado por instituciones y vecinos de la comunidad, bajo el lema: “Se quedaron con todos los recursos de la minería. No vamos a permitir que se queden con los del turismo”. Así lo manifestaron durante una masiva asamblea realizada en el Club Racing, donde participaron prestadores turísticos, representantes de instituciones civiles y el propio intendente Raúl Úsqueda.
Este nuevo intento de injerencia provincial pone en evidencia una voracidad fiscal y política por parte del poder central, que pretende someter a los municipios del interior profundo, obligándolos a mendigar recursos que les corresponden legítimamente, distribuidos de manera desigual según la afinidad política del intendente de turno. A esto se suma una campaña de desinformación y desprestigio sin precedentes, que intenta enfrentar a Fiambalá con su ciudad vecina, Tinogasta, promoviendo una peligrosa grieta entre pueblos hermanos.
El propio Gobierno Provincial cayó en contradicciones flagrantes al afirmar que el Balcón del Pissis no pertenece al municipio, mientras exige a ese mismo municipio garantizar la seguridad, el rescate, la limpieza, la atención médica, y todos los servicios logísticos que se brindaron durante Semana Santa. Lejos de una improvisación, la Municipalidad de Fiambalá desplegó un operativo impecable, que incluyó servicio de internet, atención médica, sanitarios, agua potable, apoyo a personas afectadas por el mal de altura y limpieza integral del entorno. Más del 80% de los visitantes utilizaron estos servicios, y no hubo más que palabras de agradecimiento por parte de los turistas.
La tasa, de apenas $20.000 por vehículo turístico (frente a tarifas privadas de hasta $400.000 por traslado), fue creada no solo para sostener estos servicios sino también para garantizar la igualdad de condiciones entre los prestadores locales, evitar el comercio desleal y asegurar un desarrollo turístico sostenible. En este sentido, también se pusieron en funcionamiento la Hostería Municipal, las Cabañas VIP en el complejo Termal y más de 70 prestadores turísticos locales volvieron a trabajar gracias al nuevo ordenamiento.
Resulta llamativo que mientras municipios como Fiambalá asumen con recursos propios los costos de la energía de pozos de agua, el personal de mantenimiento escolar, el servicio de salud precario y hasta tareas de remediación ambiental como la limpieza de geomembranas abandonadas, el Gobierno Provincial se limite a obstaculizar y a llamar, de manera irresponsable, a la “rebelión fiscal” contra una tasa legal, que no hace más que defender el turismo local.
Asimismo, la Secretaría de Turismo de Tinogasta emitió un comunicado preocupante, donde se cuestiona esta medida con el mismo tono despectivo y centralista, desconociendo el esfuerzo que realizan los pueblos del oeste para sobrevivir al abandono sistemático del Estado provincial. Más aún, el mensaje sembrado por estas declaraciones corre el riesgo de dañar la histórica relación fraterna entre Fiambalá y Tinogasta, provocando una grieta artificial entre sus habitantes, que siempre compartieron cultura, trabajo y lucha por sus derechos.
El intendente Raúl Úsqueda, junto a las instituciones Fiambalenses, reafirmó la defensa de la autonomía municipal y del modelo turístico comunitario que se viene consolidando con consenso.
“Hoy Fiambalá vuelve a levantar la voz. No lo hace contra nadie, sino a favor de su gente, del desarrollo justo y de la dignidad de un pueblo que se cansó de ser saqueado”. Es un resumen del decir y el sentir popular de los Fiambalenses que sigue creciendo.
Y como si todo esto no fuera suficiente, un nuevo dato de último momento agudiza el conflicto y eleva la tensión institucional a niveles preocupantes: fuentes confiables informaron que desde el Gobierno Provincial se habría emitido una orden directa a la Comisaría de Fiambalá para que no colabore con los puestos de control que la Municipalidad implementará este viernes Santo.
Este hecho reviste una gravedad institucional extrema: en lugar de velar por la seguridad de los ciudadanos, el Gobierno opta por boicotear los operativos preventivos, dejando a la comunidad expuesta y vulnerando flagrantemente el principio de cooperación entre los niveles del Estado. De confirmarse esta directiva, será el propio Gobierno Provincial el único y absoluto responsable de cualquier incidente que pudiera suscitarse.
El mensaje es claro: Fiambalá no está sola. Está de pie, organizada y decidida a escribir su propio destino, sin tutelajes, sin mendigar y con la fuerza de su gente. La comunidad ha despertado. Y esta vez, no piensa retroceder.