Griselda, madre del gendarme catamarqueño Nahuel Gallo, detenido y secuestrado en Venezuela desde el año pasado, habló esta mañana con Radio TV Valle Viejo, dando a conocer que se mantiene en contacto con autoridades del Gobierno nacional sobre eventuales negociaciones con la dictadura de Nicolás Maduro para lograr la liberación de su hijo.
Cuando se le preguntó si mantuvo contacto con dirigentes del kirchnerismo, considerando la cercanía y buena relación de este sector con Maduro, Griselda se mostró decepcionada por la falta de respuesta de la senadora Lucía Corpacci:
-Yo les voy a contar lo que me pasó porque al empezar diciembre nos atacó la desesperación y acudimos a todo el mundo. Entonces yo hice tres llamadas a la señora Lucía Corpacci para llegar a la señora Cristina (Kirchenr), para hacer algo, porque la desesperación te enceguece a ver a dónde podés ir, qué hacer. Y no tuvimos ninguna clase de respuesta, así que no sabemos, de la señora Lucía Corpacci estoy hablando, que ella es muy amiga de Cristina, porque sabemos que Cristina y Maduro tienen una muy buena relación. Entonces decíamos bueno, acudir a la señora Lucía Corpacci y hasta el día de hoy he dejado mensaje, he llamado al secretario, he llamado a la casa de gobierno en Buenos Aires, no tenemos ninguna clase de contestación. Por eso les digo que es muy desesperante.
-¿Hubo también contacto con dirigentes sociales? Grabois tengo entendido. ¿Prosperó en algo?
-No, como que nos usó en el dolor porque nos hizo hacer la famosa carta, que se deben acordar, y yo creo que nunca llegó a él, a Nahuel, se enteró todo el país y Nahuel creo que todavía no le ha llegado a nada. O sea que el señor ese se acercó a nosotros, porque bueno, no sé cómo llamar la situación, el por qué lo hizo, sabiendo que estábamos en la mira, no sé si me explico.
-¿Y organismos internacionales de derechos humanos?
-Nada, no sabemos nada, no sabemos a quién también llegar a acudir. Ya más de lo que se hizo con los tres poderes, como siempre digo, que es el Presidente, la señora Patricia Bullrich, el canciller, ya no podemos hacer más nada.