Caso Kueider: el Gobierno pone la mira en Villarruel, pero no pedirá la nulidad de la sesión en el Senado

Además de esmerilar la difícil relación con los aliados del PRO y la UCR, la trama política en torno al pedido de expulsión o suspensión de Edgardo Kueider enturbió la interna entre la Casa Rosada y Victoria Villarruel. En el Gobierno acusan a la Vicepresidenta de infringir las normas del Senado al convocar a la sesión especial de ayer para echar al senador detenido en Paraguay, a pesar de que entonces se encontraba virtualmente a cargo del Poder Ejecutivo tras el viaje de Javier Milei a Italia. Y algunos, incluso, deslizan que lo hizo adrede. Sin embargo, sólo avanzarán con los dardos en contra de su adversaria por la vía de la exposición pública, porquela demostración de losdefectos en la convocatoria de la sesión también pondrían en un lugar incómodo a toda la administración libertaria.

La polémica escaló al punto de que Villarruel y Milei en primera persona, cada uno por su lado, se defendieron y culpabilizaron, respectivamente. La vice echó la culpa a la “falta de comunicación” derivada del encono del entorno de Milei con ella. Mientras que el Presidente hizo una excepción en su tendencia a mantenerse al margen de las pujas políticas y dijo de manera directa que la sesión fue “inválida” y disparó contra la titular del Senado.

En el fondo, la gran pregunta gira en torno a si la Casa Rosada sabía, o no, sobre la irregularidad de la sesión mientras se estaba llevando a cabo. Cerca del Presidente aseguran que no tenían idea, y que se enteraron después de la votación, a partir de versiones periodísticas. Además, juran que no quisieron tenderle una trampa a la oposición dialoguista ni a Villarruel.

Sin embargo, hay sutiles diferencias en el propio Gobierno en la mirada sobre Villarruel: mientras algunos, más conciliadores y preocupados por mantener las formas, deslizan que se trató de un error de la Vicepresidenta, otros, más críticos, se mostraron convencidos de que sí estaba al tanto, y que presidió la sesión de todas formas a conciencia.

Hay versiones en el mundillo libertario que indican que en la cúpula del Gobierno, en particular de Karina Milei, sí estaban al corriente, y que tomó la decisión de dejar correr la sesión porque sabía que podría anularse posteriormente. Después de todo, la alarma sobre el caso explotó después de la votación, alrededor de las 18, y el único senador que avisó sobre la eventual irregularidad fue Carlos Pagotto, oriundo de La Rioja como los asesores políticos de Karina Milei, Martín y Lule Menem, y muy cercano a ambos desde el punto de vista político pero también personal.

Además, fue el padre de Martín Menem, Eduardo Menem, quien salió, también por los medios, a dar cuenta de esta falla. En los respectivos entornos de los Menem lo negaron. “Lo de Eduardo y lo de Pagotto, aunque hay cariño, no fue coordinado. Eduardo no necesariamente es Menem desde el punto de vista político, menos en esto. Como tiene tanta autoridad en el tema, lo llaman como experto”, dijeron. Más tarde fue Adorni, fiel ladero de la poderosa funcionaria, quien salió a arremeter contra Villarruel, sugestivamente, en X: “Nosotros no mentimos”.

Como sea, impugnar o pedir la nulidad de la polémica sesión de ayer implicaría para el Ejecutivo incursionar en una especie de autoincriminación. Y si bien el Gobierno filtró la captura de pantalla de un chat que muestra una conversación con la secretaria de Villarruel donde le avisaban sobre el viaje del Presidente no tienen planeado hacer movimientos formales contra la sesión.

“No podemos pedir que sea declarada inconstitucional o anulada. O sea, es un hecho (que fue irregular), pero sería confirmar que Victoria cometió un delito”, dijo un importante colaborador de Javier Milei.