Una joven de 23 años parió a su bebé en su casa, sin saber que había estado embarazada. “Beltrán nació en mi casa, fue un parto `a domicilio´, tuvo 32 semanas de gestación y fue un embarazo sin control porque no sabía que estaba embarazada. Me enteré ese mismo día que él nació, fue todo muy sorpresivo, no tenía panza, ni los pechos cargados ni nada, ningún síntoma de embarazo”, contó Iris.
A tres meses del alumbramiento, la joven madre repasó que una madrugada comenzó con un dolor abdominal difícil de comprender; tuvo contracciones cada vez más intensas y, dos horas después, parió a su hijo, del cual no tenía ningún indicio.
En segundos, llegó una ambulancia y se llevó al recién nacido rumbo al hospital de Larroque. Minutos más tarde, sin comprender lo que pasaba, la joven fue trasladada al mismo lugar por su tía, pero su bebé ya no estaba: iba rumbo al Hospital Centenario de Gualeguaychú para intentar salvarle la vida.
Iris y Beltrán estuvieron 52 días en Neonatología del Centenario. “Al principio, fue todo de terror porque no había muchas esperanzas, pero la verdad que no sé de dónde el chiquito sacó fuerzas y, tras superar la primera semana que fue la más crítica, estuvo bien”, rememoró la joven a Diario El Día.
Y continuó: “Primero lo trasladaron a él y a mí me dejaron internada en Larroque. Estuve cinco horas sin él y luego me llevaron para Gualeguaychú. Recién lo pude ver al otro día y cuando sucedió ahí recién caí que era mamá”.
“Fue un momento inexplicable, con muchas sensaciones que me recorrían el cuerpo, verlo entubado, tan chiquito. Fue muy feo ese momento, pero ahora está muy bien y el avance que tuvo fue increíble”, reveló Iris. Según precisó, el bebito pesó sólo 1,400 kilos al nacer y ahora ya está en 3,500.
En la oportunidad, la joven madre agradeció a médicos y enfermeras de la Neo del Centenario. “Gracias a ellas aprendí mucho, además del cariño que les dan a los nenes; se nota que aman su trabajo”, ponderó.
Ser mamá de improvisto
Beltrán hoy tiene tres meses y al haber nacido sietemesino se deben extremar los cuidados y realizar controles periódicos. “Nada de besos y andar de falda en falda, tiene que estar en casa hasta que sea un poco más grande: es un recién nacido, todavía sus defensas no están desarrolladas”, graficó su mamá.
Sobre las visitas, confesó que “hay exclusividad para los padrinos y nada más, el resto de los familiares de lejos ¡Si se agarra una gripe, me muero! Me cuido y nos cuidamos todos muchísimo por él”.
En cuanto a la alimentación, Iris contó que “comenzó por sonda en la sala de Neo y ahora al estar en casa le doy el pecho, pero también toma leche de fórmula”.
“Lo miro y todavía no caigo, me cambió la vida. Llegó de sorpresa y nos sigue sorprendiendo todos los días”, expresó la joven acerca de las sensaciones de ser mamá y de una manera tan particular.
“Entrar en Neo para todo el mundo es una experiencia fea, pero al estar con las enfermeras y todo el equipo te sentís muy acompañada, contenida y cuando te vas, extrañas un montón, decís: ‘¡Ahora depende de mí, soy mamá!’”, confesó.
Fuente: El Día